Cada vez más empresas utilizan el análisis grafológico para una nueva contratación para ver la compatibilidad laboral entre compañeros. Como grafólogos, lo primero que nos viene a la mente es una batería de preguntas previas al reclutamiento.
Es necesario determinar con claridad y de forma pormenorizada cuáles son las necesidades de la empresa y detallar lo más explícitamente posible la descripción del puesto de trabajo a cubrir y el perfil caracterológico que se pretende del candidato.
Para ello no dudamos en consultar cuestiones como: compatibilidad laboral
– Denominación del puesto.
– Área: sección al que pertenecerá dentro del organigrama de la empresa.
– Dependencia jerárquica directa.
– Finalidad del puesto.
– Descripción de tareas específicas: tiempos, dedicaciones, exigencias.
Una vez que obtenemos las respuestas, aquellas que nos van a permitir ubicar al candidato más idóneo para el puesto requerido, descubrimos que la persona a contratar deberá compartir espacio-trabajo con un homónimo en el mismo departamento. Es el momento de buscar las compatibilidades entre ellos, que faciliten una buena relación laboral de ambos, y por ende la productividad y el buen funcionamiento de la empresa. compatibilidad laboral
Se trata básicamente de cuatro elementos importantes a tener en cuenta: el trazo, el ritmo, la motivación y la ética.
Trazo: las personas que tienen un mismo trazo siempre van a resultar más compatibles. Por ejemplo, un trazo neto indica personas más bien racionales, que se acercan a la vida principalmente con la cabeza y que a la hora de la resolución de problemas utilizan la razón por encima de los sentimientos. Estas personas van a trabajar mejor si a su lado tienen a alguien con las mismas miras y no con alguien que se acerca a los problemas con el corazón, como sería el caso de un trazo pastoso. De la misma manera, cuando el trazo neto (racional) quiere explicar al trazo pastoso(irracional) alguna cosa, se va a encontrar que no tiene el mismo vocabulario ni el mismo sentimiento de esa cosa.
Ritmo: las personas que tienen un ritmo rápido de trabajo, se mueven, actúan y solucionan los problemas rápidamente. Estas personan no entienden a los lentos, y viceversa, porque a éstos últimos les estresan los rápidos. Para ello nos guiamos por el movimiento que tienen las escrituras, por lo que una persona con escritura dinámica o propulsiva, no la podemos poner a trabajar junto con alguien de escritura lenta, porque no lo va a soportar.
Motivación: para colaborar juntos dentro de un mismo departamento, sobre todo cuando es un grupo de trabajo donde hay que ir todos a una, es interesante tener las mismas motivaciones o similares. Para buscarlas en la escritura, lo hacemos a través de los estadios de Freud principalmente. Así pues, cuando observamos que la escritura presenta rasgos de la etapa oral, decimos que a la persona le motiva pertenecer a un grupo y tener multiplicidad de contactos. Si presenta rasgos de la etapa anal, a la persona le gusta guardar y adquirir, bien sean conocimientos, información, etc. Y si decimos que presenta rasgos de la etapa fálica, a la persona le motivan los retos, ampliar sus objetivos y fácilmente será alguien que quiere dejar su huella.
Ética: es fundamental que dos personas que han de trabajar juntas tengan el mismo sentido ético, ya que de no ser así crea mucho malestar. Esto podemos verlo en la disposición de la página, en los ejes y en una buena relación de la forma con el movimiento.
CARÁCTER- Estudio de Grafología en Barcelona. Equipo constituido por grafólogas diplomadas por la SOCIÉTÉ FRANÇAISE DE GRAPHOLOGIE, institución reconocida mundialmente.